sábado, 22 de enero de 2011

Escrito el 27-12-10

Un sismo detrás del verano
del espacio
que diluye cada voz amiga
y lo futuro
como resplandor o camino.

Escrito el 19-06-10

A menudo suele ocurrirme, en público, que lo imaginado cobra una dimensión pavorosa cuyo manejo -por más que lo intente- se torna difícil. La presencia de varias mujeres a las que amé, por ejemplo, le confiere otra luz al estreno de un corto... Y mi sorpresa va en aumento.
Leticia, con su figura marcada por el celo en el gimnasio y el brócoli, trajo el atardecer lleno de arena blanda como un relámpago. Vivi, desde la señal precisa que difunde su andar tímido, cerró conmigo un trato de ribetes peligrosos.
Mónica supo de mi viaje a Sudáfrica por cuestiones humanitarias y no quiso perder el relato en esta ocasión. Liliana, glamorosa y fatal, se las ingenió para mirar la noche a bordo de su BMW, libre de presunciones maritales.
El periodista creyó entender que la estrategia femenina resultaría importante al desgrabar. No fue cómplice, ni eficaz.

sábado, 29 de mayo de 2010

Presentación de "El tatuaje de las voces" (poemas)

Queridos Amigos: el 12 de junio de 2010, a las 18.30 hs, presentaré mi libro en la Biblioteca Popular "Rafael de Aguiar" de la ciudad de San Nicolás. La edición estuvo a cargo de Patricia Ortiz y Liliana Varela, responsables de Ediciones Muestrario. Participarán: Astul Urquiaga (h), Laura Lugones y Pedro Salinas.

viernes, 19 de marzo de 2010

PRELUDIO

La cita desborda lo que brilló en el sueño
y los pasos aumentan bajo la espera.
Voces como preludio del amor incesante
por ese color, por el viento de marzo.
Cuando pulsa la mañana en el aire
el fárrago de las palabras culmina
(ensayo de la canción que sobrevive
a la señal difusa entre latidos).
Aquel disfraz moja el velamen
tibio del amanecer y tus manos
vuelven a celebrar la magia

de cada flor en secreto. (19-03-10)

ESCRITO EL 14-03-10

Lo previsto –una reunión con aquellos compañeros de la secundaria- tendría el efecto del cataclismo en su aire de hombre resuelto. Una trayectoria bien cimentada en el campo de la cirugía estética, diferentes emprendimientos a nivel nacional e internacional, el orgullo en brazos de la fama y su modestia.

El powerpoint dejó al descubierto (aunque para mí, la progresión de las imágenes debía analizarse lentamente) una personalidad inestable, cercana al retraimiento.

El resto fue una deliciosa recorrida por las canciones de los 70 y los 80, varios mensajes alusivos, la consecuente suma del tiempo a tantos anhelos.
Hubo una carta dirigida al Dr. Alejandro Zunino; el amor eterno avanzaba en cada línea y lo más triste era pensar que la Colorada Meza había muerto dos días antes en un accidente automovilístico.

LA PRISA DE LOS ARBOLES

La prisa de los árboles merece otra luz en la distancia.
Negro dolor aullando salvaje
por la cintura espesa del fuego.
Los ángeles han olvidado la contraseña
y desde la sangre nos paralizan.
¿Qué robar a tanto brillo inmune
como la visión de una estepa?
Amor puesto en fuga
para entenderse, libre, con el vino.
Amanecer y sublevar la conciencia
luego de soñarnos a la deriva.

(19-09-09)

viernes, 28 de agosto de 2009

LA DIETA DEL TOPO

Anduvimos en medio de la penumbra con la caricia helada del viento de agosto. Como si los caminos del deseo hubieran proyectado hacia adelante el devaneo de un fantasma. Ese colapso –mitad humo, mitad estupor- de cuerpos que la distancia maduró caprichosamente. Nos besamos y la voz lunar se descontroló.

(“Porque no habría resultado”, dijiste en un hilo de voz, “y las cosas toman rumbos impredecibles”. Era cerca del final de los ´90, cuando preparabas tu viaje a Londres. Importarían muy poco los paseos, un helado, la boca turbia).

En la vieja estación recuperamos aquel motivo soñado: una fecha para dilatar la idea del compromiso, semejantes a dos marionetas en el vacío.

(El animal seguía trabajando meticulosamente; cada nueva cita se balanceaba entre la desazón y la pelea).

Entonces pudo más lo profundo: ese roer llevado hasta el paroxismo, una luz que surgió entre las farolas de la plaza, la silueta que persiguió vanamente a dos murciélagos para extender la noche.

HUGO PATUTO